El fallo destaca que el director del banco no entendía los productos que vendió la entidad a la pareja
RAMÓN FERRANDO | VALENCIA La titular del juzgado de Primera Instancia número 16 de Valencia, María de Hoyos Flórez, ha condenado a Bankia a devolver a una pareja de octogenarios de Xeraco 150.600 euros que habían invertido en participaciones preferentes y de obligaciones subordinadas y que después fueron canjeadas por acciones. La magistrada destaca en el fallo que ni el director del banco entendía los productos financieros que la entidad vendió a la pareja. El fallo incide en que el matrimonio era «ultraconservador» y les colocaron productos de altos riesgo, según explicó el bufete de Valencia que ha ganado el caso, Lucas Abogados.
La sentencia señala que la pareja, que tiene un nivel de estudios «básico», carecía de una cultura y conocimientos financieros para una contratación «libre, informada y consciente» de los productos financieros. La juez añade que los clientes creían que habían suscrito productos seguros de los que podían obtener «una cierta rentabilidad de los ahorros de toda su vida y de los que podían disponer» cuando lo necesitaran.
La magistrada insiste en que la declaración de los dos octogenarios en el juicio «además de conmovedora fue contundente. Ninguna prueba invalida lo que expusieron por mucho que la entidad demandada se empeñe en presentarlos como expertos y arriesgados inversores ávidos de ganancias fáciles».
El fallo precisa que la responsabilidad del error en el que incurrieron los denunciantes fue provocada por la entidad bancaria, que «estaba obligada a que los inversores adquirieran plena conciencia de lo que contrataban y del riesgo que conllevaba». La juez advierte de que las entidades bancarias deben realizar un esfuerzo adicional «cuanto menor sea el nivel de formación financiera del cliente a fin de que éste comprenda el alcance de su decesión, si es o no adecuada a sus intereses y si le va a colocar en una situación de riesgo».
La magistrada cierra el fallo insistiendo en es «demoledora la declaración del director de la oficina de Bancaixa en Xeresa, que mal pudo explicar unos productos financieros que él mismo dijo no entender y por cuyas dramáticas consecuencias también se ha visto atrapado».
Los jubilados compraron las preferentes en 2000 y 2002, y las obligaciones subordinadas en agosto de 2002. Después, las participaciones y obligaciones fueron canjeados por acciones. La juez ha declarado nulos todos los contratos de venta y canje, y ha obligado a Bankia a devolver el dinero con intereses.
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