Trabajadores de Ceiss, en una protesta contra el ERE del año pasado. Array
DIEGO G. TABACO La nueva ronda de recortes que se cierne sobre Banco Ceiss una vez se ha culminado su compra por parte de Unicaja de Málaga tiene preocupada a la plantilla de la entidad, que se enfrenta a un recorte de personal de un cinco por ciento extra una vez se despidieron más de 1.200 trabajadores en un ERE llevado a cabo el año pasado. En este sentido, la división financiera de CC OO señala en un comunicado que los trabajadores "tenemos derecho a una información veraz y fiable en relación con nuestro futuro profesional y acerca de las decisiones que pueden afectarlo personalmente". Los trabajadores señalan, con este comunicado, a la dirección de la entidad, la que según ellos no les tiene suficientemente informados sobre su incierto, en muchos casos, futuro laboral.
El sindicato solicita, además, que el nuevo Expediente de Regulación de Empleo concluya "sin que haya ni un solo despido forzoso más, sin adoptar medidas crueles y antisociales" que perjudicarían a los trabajadores.
Además, indica Comisiones, para que se construya "el clima de confianza adecuado para motivar e ilusionar a la plantilla en el nuevo proyecto" y "para recuperar la confianza de nuestros clientes" es "necesario que se despejen cuanto antes una serie de incógnitas", entre las que se encuentra conocer cual será "la plantilla estimada al final del ERE actual y tras la reestructuración aprobada por Bruselas" para dar el visto bueno definitivo a la operación de fusión.
El sindicato tiene más incógnitas, que se refieren al calendario de reestructuración de los servicios centrales, ahora muy cambiados tras el nuevo Consejo nombrado hace apenas un mes, o asuntos como si el banco surgido de la fusión entre Caja España y Caja Duero seguirá siendo una filial de Unicaja indefinidamente o si se prepara una unificación a medio o largo plazo.
Lo único cierto es que la plantilla tendrá que reducirse, al igual que el número de oficinas. En la anterior reestructuración la entidad ya procuró que la mayor parte de los cierres se llevaran a cabo en la zona de expansión de la entidad, es decir, todo el territorio que no es Castilla y León, Madrid y Extremadura. No obstante, las provincias de Castilla y León, entre ellas Zamora, no se libraron de un puñado de cierres, que trajeron movimiento de empleados. En Zamora se cerraron tres sucursales, a la se unió otra en Benavente.
Fuente de datos: laopiniondezamora.es
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