Julio Fermoso, a la izquierda, y Santos Llamas.
DIEGO G. TABACO «Insultantes». Así califican desde los colectivos de afectados por la venta de preferentes de Caja España y Caja Duero las «excusas» de los expresidentes de ambas entidades, Santos Llamas y Julio Fermoso, en la Audiencia Nacional. Los afectados creen que los máximos representantes de la entidad faltan a la verdad cuando aseguran que eran los propios clientes los que les pedían estos títulos.
Los dos expresidentes eludieron cualquier responsabilidad referente a las dos emisiones de participaciones preferentes y deuda subordinada en los años 2009 y 2010. El juez Eloy Velasco llamó a ambos a declarar, entre otros exdirectivos de las dos cajas regionales. Están acusados de «idear» presuntamente la comercialización de estos títulos en claro perjuicio de los clientes. La acusación «está muy fundamentada» según los afectados, pero tanto Llamas como Fermoso lo negaron.
Las agrupaciones de preferentistas critican que los expresidentes de Caja España y Caja Duero «no asuman responsabilidades» y confían en que el proceso judicial «siga su curso para llegar a la verdad del asunto». Los preferentistas critican también la actitud de ambos dirigentes frente al juez.
En esta línea, los representantes de la cúpula de las cajas cuando se comercializaron las preferentes aseguraron que la venta de productos híbridos contaba con el aval del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y que, aunque la venta de títulos suponía un porcentaje «mínimo» de los ingresos de las cajas, decidieron llevarlo a cabo porque los clientes «las reclamaban».
El argumentario contrasta con el de los preferentistas. Estos dicen que los problemas económicos de la entidad fueron los que provocaron la emisión de unos valores «que se contabilizaban como recursos propios» de la caja. Por tanto, mantienen que fueron «engañados» y censuran que «Caja España y Caja Duero utilizan a sus propios clientes para tener más recursos».
Los exdirectores financieros de Caja España, Antonio Fernández, de Caja Duero, Arturo Jiménez y el exdirector comercial de la primera, Óscar Fernández, explicaron al juez que el porcentaje de híbridos no representaba «ni el 3%» de los beneficios de las cajas «ya que el grueso llegaba con los contratos hipotecarios y productos de plazo fijo». La emisión «se llevó a cabo para fidelizar clientes» y, hasta 2013, «siempre se pagaron los cupones» correspondientes a los intereses.
Asimismo, los representantes de la entidad aseguraron ante el juez que los detalles del producto, tanto en lo referente a preferentes como a subordinadas, estaban «perfectamente explicados» en el tríptico y en el folleto de emisión. No obstante, los juzgados, incluidos los de Zamora, han dictaminado ya varias veces que la información recogida en el tríptico no era, por si misma, suficiente para considerar apto para el producto a un inversor minorista no acostumbrado a los productos financieramente complejos
Fuente de datos: laopiniondezamora.es.
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