Llombart, en una sala de la Ciudad de la Justicia. / Jesús Signes
Carmen Llombart dejará la presidencia de la Audiencia de Valencia en un mes. El proceso para buscar sustituto ya ha comenzado. En esta entrevista, la magistrada repasa sus últimos cinco años.
-¿Qué balance hace de su paso por la Audiencia?
-He cumplido mis proyectos. Hemos logrado paliar la carga de trabajo de la Audiencia con la creación de ocho nuevas plazas. Esto ofrece una mejor respuesta al ciudadano. En la misma línea, también se consigue con la unificación de criterios con los magistrados y los jueces decanos. Por ejemplo, establecimos protocolos de actuación para los juzgados de guardia.
-Hubo una unificación polémica en la Audiencia respecto a las alcoholemias. Se acordó no condenar a la vez al conductor por ir ebrio y negarse a la prueba. Sólo por el más grave. Luego se rectificó.
-Se hizo por mayoría y luego transcurrido el tiempo, con nuevas incorporaciones, cambió esa mayoría. También influyó la jurisprudencia de otras audiencias. No obstante, los que no estaban de acuerdo se sometieron a la decisión. No hicieron voto particular en sus sentencias.
-La sección Civil de la Audiencia. ¿También ha notado la avalancha de preferentes?
-El Consejo puso cuatro jueces de refuerzo para este asunto y yo, como presidenta, a la sección que llevaba todo lo bancario, conseguí un magistrado de refuerzo hasta que se creó la plaza. Además, se cambió el reparto de asuntos para esa sección.
-La Audiencia ha sido pionera en este asunto, en defender los intereses de los afectados.
-Hemos dictado la primera sentencia que anulaba la compra de acciones en la salida de Bankia a Bolsa. Respecto a las preferentes, con las sentencias de las audiencias, se ha demostrado que ha habido muchos abusos. Entiendo a las víctimas y espero que confíen en la Justicia. Es para estar indignado.
-¿Cree que la lucha contra la corrupción ha contribuido a mejorar la imagen de los jueces?
-El juez español está muy preparado, profesional e intelectualmente. Siempre ha habido compromiso en esa labor, otro asunto es que no se haya hecho visible. La falta de medios o la sobrecarga de trabajo la suplen con su esfuerzo. El tema de la corrupción, y no sólo lo digo yo, es intolerable. Una gran preocupación para el ciudadano. Desde el Consejo se están poniendo medidas. En la mayoría de los casos, aunque no sean funcionarios, los acusados tienen un trabajo de servicio público. Y esto todavía lo hace más inaceptable.
-¿Cree que hacen falta más jueces o comparte la idea de que serviría una redistribución del trabajo?
-Las dos cosas. La Comunitat es una de las autonomías con más volumen de trabajo. Hay juzgados sobrecargadísimos y otros que no lo están. Cuando hay crisis económica se deben redistribuir los recursos. Una primera solución sería instar al ministerio para eliminar las barreras territoriales y terminar con la desproporción de trabajo, por ejemplo, como ocurre entre Nules y Vila-real. Y luego, aparte, la Comunitat necesita jueces.
-Parece que hay un enfrentamiento entre TSJ y la conselleria por falta de medios.
-En las épocas de crisis no se consigue todo lo que se pide. Pero no creo que exista una fricción. Uno pide más y el otro da lo que tiene.
-Usted también es vocal del Poder Judicial. ¿Considera que la nueva organización, con la comisión permanente, es mejor que la anterior?
-Diferente. No me atrevería a pronunciarme. Es el primer año, tendremos que hacer balance al final de esta etapa. Lo que sí digo es que los vocales tenemos un contacto más directo con la realidad.
-Existe un anteproyecto para limitar la instrucción a seis o 18 meses.
-El Consejo ya se ha pronunciado. El anteproyecto busca acortar los plazos, pero unido a la desconexidad delictiva. Cada delito sería una causa, que podrían llevar diferentes jueces. Esto agilizará, sin duda, la tramitación. Pero los plazos se pueden ampliar.
-La ley de tasas. ¿También ha afectado al número de recursos a la Audiencia?
-No lo hemos notado tanto por el aumento de las preferentes y los asuntos bancarios. En la sección de Familia sí que mantenemos una gran carga de trabajo. No se puede permitir que un divorcio, en fase de apelación, tarde cinco o seis meses. Es una barbaridad. En 2004 entraron 1.397 asuntos y se resolvieron 1.499. Aquí también se incluyen, por ejemplo, las modificaciones de pensiones.
-Volvamos a la Audiencia, ya que usted anunció que no se presentaba. ¿Cuáles son sus planes?
-Me gustan los retos, pero ya he tenido muchos. Quiero terminar mi etapa en el Consejo, una experiencia enriquecedora. No es lo mismo debatir con 20 vocales que hacerlo con tres magistrados por una sentencia.
-Usted puede ser pieza clave para elegir al nuevo presidente de la Audiencia o al del futuro TSJ. ¿Se abstendrá en la votación?
-Será una decisión difícil porque puedo conocer a los candidatos. Pero no me puedo abstener en nombramientos ni en comisión disciplinaria. Ya lo he consultado. Me regiré por criterios de mérito, capacidad y las habilidades para la gestión. No tendré en cuenta la asociación a la que pertenece. Mi decisión será motivada.
-Se comenta que no existe buena sintonía con la presidenta del TSJ.
-Es mi presidenta y le tengo el máximo respeto. A veces, no coincidir en las opiniones también es bueno, positivo. Ella sabe que puede contar conmigo para lo que quiera.
Fuente de datos: lasprovincias.es
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