Cinco Días
Deben afrontar otra
vuelta de tuerca regulatoria
La Caixa, BBK, Unicaja e Ibercaja se aferran al
alma de las cajas
MADRID
Etapa concluida. El
Banco de España puso el viernes punto y final a la normativa que termina por
completo con el modelo de las cajas de ahorros. Eso sí, siempre hay una
excepción, en este caso dos, Caixa Pollensa y Caixa Ontiyente, que mantienen su
naturaleza jurídica de caja de ahorros.
El BOE publicó el
pasado 20 de noviembre la circular sobre las fundaciones bancarias, que regula
el fondo de reserva que deben constituir según su capital en las entidades de
crédito. La norma afecta a cuatro antiguas cajas hoy convertidas en bancos: La
Caixa, BBK, Ibercaja y Unicaja.
Estas cuatro fundaciones
bancarias, como los bancos que controlan, pretenden conservar su arraigo
territorial. Sus regiones naturales siguen siendo sus feudos. Y, aunque deben
cumplir con la ley de cajas de 2013, y las posteriores normas que la
desarrollan (no les queda otra), la resistencia a perder sus raíces y su
espíritu de caja es tal que aún siguen resistiéndose a los inevitables cambios
ya legislados que aún les queda por recorrer. Pero la esperanza es lo último
que se pierde. Y como ejemplo está Kutxabank.
El PNV ha conseguido
que la circular del Banco de España no mencione las acciones concertadas entre
las fundaciones, uno de los aspectos en los que incidió BBK en las alegaciones
que presentó al borrador de la circular. De esta forma, las tres fundaciones (BBK,
con el 57% del capital de Kutxabank, Kutxa, con el 32% del banco y Vital, con
el 11%) han reducido de 700 millones a 250 millones el importe del fondo de
reserva que deben crear –en este caso solo afecta a BBK–. Esta maniobra ha
permitido a Kutxabank poder esquivar su salida a Bolsa (si se hubiera
contabilizado el 100% del capital por parte de las tres fundaciones,
posiblemente no podrían haber hecho frente al fondo de reservas). Además, BBK
podrá mantener su presupuesto de 33 millones anuales en obra social en los
próximos años.
Ibercaja y Unicaja,
mientras, intentan retrasar por todos los medios su salida a Bolsa. La entidad
aragonesa se fijó como fecha cotizar a finales de 2015, luego en 2016, y ahora
si puede dará una nueva patada al proyecto hasta 2017, lo mismo que Unicaja.
Argumentan que no
malvender sus activos, para lo que necesitan contar con una cuenta de
resultados fuerte. Cierto, pero también pretenden conservar su independencia y
la parte que puedan del espíritu de las caja. No hay que olvidar que sus
presidentes, Amado Franco, y Braulio Medel, han desarrollado prácticamente toda
su vida profesional en el sector de ahorro.
La Caixa no solo se
mantiene fiel a la obra social –de la que presume en cuanto puede–, y a su
vinculación con el tejido industrial del país, pese a que sus participaciones
industriales penalicen su solvencia. Sino que también ha decidido mantener el
control de CaixaBank en un futuro lejano, razón por la que la fundación está
dispuesta a crear un fondo de reserva, como marca la actual normativa de las
antiguas cajas, por unos 850 millones de euros.
La norma dice que las
antiguas cajas ahora convertidas en fundaciones deben crear un fondo de reserva
si tienen más del 50% del capital de un banco, aunque tienen 5 años para desinvertir,
o mantienen su control.
El grupo que preside
Isidro Fainé, además, en un arrebato de nostalgia, ha optado por mantener las
marcas regionales de las entidades que ha absorbido, conocedor de que es una
excelente estrategia para fidelizar al cliente de esas antiguas cajas incluidas
ahora La Caixa. Incluso en Murcia, donde absorbió a Banco de Murcia, la entidad
que preside Fainé ha decidido operar bajo la marca CaixaMurcia.
Las malas
connotaciones de la marca Banco Valencia han impedido, eso sí, que utilizase
este nombre comercial en esta región. Solo le falta implantar la marca
CaixaZaragoza, para operar en Aragón, explica el directivo del sector, quien
recuerda que el desaparecido Banco Zaragozano es el origen de la red del
negocio minorista de Barclays España, adquirido hace un año por CaixaBank.
Curioso es que
Unicaja, Ibercaja y KutxaBank se resisten a salir a Bolsa, aunque las dos
primeras saben que están condenadas a ello a medio plazo. Pero más se resisten
a abordar posibles nuevas fusiones, palabra que no quieren ni volver a
escuchar. Sería su muerte definitiva.
Otra curiosidad. La
circular del Banco de España fija en el 10% el porcentaje mínimo del capital o
de los derechos de voto de un banco que puede poseer una fundación bancaria
para tener esta consideración. Si no se supera este porcentaje la antigua caja
pasa a ser fundación ordinaria, que depende de su comunidad autónoma de origen,
frente a la bancaria, que está supervisada por Economía. Pues hay alguna que
otra fundación, como la de Caja Círculo (de Burgos), que con solo el 4% de
Ibercaja, optó por transformarse en bancaria y depender del departamento que
dirige Luis de Guindos. La Fundación Ibercaja cuenta con el 87% del capital del
banco del mismo nombre. Las de Caja Inmaculada y la de Caja Badajoz, con el 4%,
respectivamente, son fundaciones ordinarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario