Manifestación de la plataforma de afectados de Vigo, en la Calle Príncipe en 2012.
"Pedir como un mendigo es una experiencia de rey". Así define José Manuel Estévez, que dirigió el movimiento de los afectados por preferentes y subordinadas de Vigo durante dos años, la vivencia de enfrentarse "a todo", hasta a los propios prejuicios, para recuperar el dinero secuestrado. "Al principio fue difícil, mucha gente nunca llegó a protestar, por vergüenza", comenta este tubero, padre de dos niñas. Empezaron 20 en un garaje de Castrelos. Acabaron recibiendo todo el dinero unos 5.000 y "a 3.600 les debe faltar una parte". Disuelven la plataforma y el próximo jueves será la protesta de despedida.
Cuando José Manuel Estévez, un tubero industrial de Candeán casado y con dos hijas, decidió buscar una salida tras comprobar, junto a su esposa, que estaban entre los afectados por preferentes y subordinadas, en O Morrazo ya se había encendido la llama de todo un movimiento de plataformas, con camisetas y bocinas, que semanalmente y durante dos años llenó de dignidad, ruido e incomodidad calles y sucursales de Novagalicia para reclamar su dinero. En Vigo empezaban los primeros encuentros puntuales, de unas 20 personas, en un garaje particular de Castrelos, y en contacto con O Morrazo. En ese discreto bajo desembarcó Estévez en febrero de 2012 y acabó capitaneando, sin abandonar el barco hasta el final, la plataforma olívica, con más de 600 miembros.
"Empezamos en ese garaje, después estuvimos en Princesa, pero al sumarse mucha gente se nos hacía pequeño y tras hablar con el concello nos dejaron el Auditorio de Teis. Las asambleas eran cada martes, por la tarde, y las manifestaciones, al principio, cada tres o cuatro días", explica Estévez, de 46 años en la actualidad. Acaban de decidir su disolución, al igual que A Coruña, Ourense, Gondomar, Carballo y O Morrazo. Queda pendiente Lugo y, en el caso de Baixo Miño y Compostela, seguirán dando la batalla "hasta que el problema se arregle de todo, para dar apoyo a los que están en procesos judiciales y se busque una solución a los más de 20.000 euros interpuestos en multas", indicó Julio, de Baixo Miño. En Vigo, la plataforma calcula que 5.000 personas han cobrado todo su dinero. "De 8.600 afectados que hay en la zona, seguirían sin recibir una parte unos 3.600, de los que 100 son accionistas", comenta Estévez, que apunta que de los 75.200 afectados en toda Galicia, unas 45.000 personas recuperaron todos sus ahorros. "Prácticamente todos los que luchamos recuperamos nuestro dinero, si hay gente pendiente ahora les tocaría a ellos salir a la calle a pelear; nosotros creemos cumplido nuestro cometido", consideran tras dos años de batalla. Estévez recuerda que cuando surgió el problema estaba "con un ERE" y se pasaba "18 horas diarias en el ordenador buscando información sobre emisiones, productos financieros, intereses, plazos....". "Era una locura, pero me empapé de normativas y conceptos, que después me sirvieron de mucho tanto para mi como para que mis compañeros arreglaran su situación". Tras O Morrazo y Vigo surgieron Baixo Miño, Pontevedra, Marín, Arousa Norte, Ourense, Condado-Paradanta o Redondela. "Empezó a reunirse mucha gente y estábamos todos en contacto a través de la coordinadora. Yo dije que si el objetivo era recuperar el 100% del dinero, al margen ideologías, que a por todas", comentó Estévez, que recuerda que su primera pancarta fue "de tela y aludía a la Monarquía".
"Nos organizamos y distribuimos las tareas: una persona de secretaria para el papeleo, informática, elaboración de pancartas, más adelante encargamos las camisetas amarillas (que en principio iban a ser verdes) y así fuimos creando una tela de araña de relaciones; al final éramos como una familia", cuenta Estévez, que en septiembre de 2012 arregló su caso mediante el arbitraje; aún así, siguió hasta el final, "porque así lo sentía y me había comprometido con todos los demás". La central de Novagalicia en García Barbón fue el objetivo de las protestas durante la mayor parte del tiempo. "Es cierto que a medida que la gente iba arreglando algunos desaparecían, pero bueno, nosotros, de estar unos 200 en las concentraciones, en la de esta semana conté 90 personas todavía", indica Estévez, que avanza que la protesta de cierre será el próximo jueves, a las seis de la tarde, desde Plaza de España.
"Al principio no fue fácil para nadie, de hecho, por vergüenza, hubo mucha gente que jamás protestó. Pero incluso entre nosotros, había personas que se escondían un poco, o bajaban la cabeza", comenta Estévez, que añade que la media de edad de afectados en Vigo estaba en los 60 años, "pero había de 30 y hasta de 80, que se unieron; había gente que apenas sabía leer o escribir y hubo que ayudarles". Fue crucial un encuentro con el fiscal en el que el líder vigués comprobó que tenía un informe elaborado de muchos afectados. "A partir de ahí la gente ganó confianza para exigir lo que les había sido robado", subraya. A Estévez le tocó ser el guardián de las manifestaciones: "dirigir, quizás lo más difícil, mediar entre afectados y agentes cuando las cosas se calentaron". Le pusieron dos multas: "fue en Silleda, en un acto de la Diputación de Pontevedra, ascienden a 1.100 euros". ¿Gente ocurrente? "Mucha, desde los lemas, al ataúd que nos acompañó, gente que interpreta, las escenas con chorizos, etc...", recuerda Estévez.
¿El momento más complicado? "Quizás un día en una manifestación en la Xunta en la que nos estaban ofreciendo ir al arbitraje, la gente no quería; tuve que meterme y gritar por el megáfono las ventajas de esa vía... Se me vinieron encima pero, a día de hoy me lo agradecen". "¿Qué siento? Que pedir como un mendigo es una experiencia de rey; crecí personalmente, gané dignidad y ayudé a mucha gente. Eso sí, le dediqué mucho tiempo, mucho", concluye.
Fuente de datos: farodevigo.es
Fuente de datos: farodevigo.es
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