La Caixa ha sido la mayor caja española y, como tal, ha asumido su papel de líder en el proceso de reconversión al que se han visto sometidas estas entidades de crédito ‘typical Spanish’. Fue la primera en traspasar su actividad financiera a un banco, la primera en sacar a Bolsa ese banco… y ahora la primera que deja atrás su condición de caja de ahorros. La asamblea de La Caixa aprobó ayer su transformación en fundación bancaria. Es la primera que cumple este precepto de la Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias.
Con este nuevo carné de identidad, La Caixa seguirá controlando su participación mayoritaria en CaixaBank (65,% a través de Criteria Caixa Holding) y gestionando su Obra Social, que según ha asegurado su presidente, Isidro Fainé, “no cambiará”. “Seguiremos trabajando para mantenerla y reforzarla tal como hemos hecho hasta ahora”. La Fundación Bancaria ‘La Caixa’ nace con una dotación fundacional de 5.868 millones de euros –equivalente al 0,6% del PIB español actual– y gestionará un presupuesto para la Obra Social de 500 millones de euros, idéntico al de los últimos siete años.
¿Seguirá su ejemplo Unicaja? Lo cierto es que está obligada a dejar de ser caja de ahorros a lo largo de este año, porque la nueva Ley le da de plazo hasta 2015. Pero al igual que La Caixa ha ido siempre por delante del sector de cajas en este proceso de reconversión, Unicaja se ha distinguido por lo contrario: retrasar lo más posible los cambios. No hay más que recordar los tres años que le ha costado cerrar la absorción de Caja España-Duero, ahora Banco CEISS.
De momento Unicaja tiene preocupaciones más perentorias, como poner orden en la recién adquirida CEISS (quiere acelerar los ajustes ordenados por Bruselas) y realizar su propio ajuste de personal. Sin olvidar la imputación de su presidente, Braulio Medel, en el ‘caso ERE’, por su papel en el consejo de la Agencia IDEA. La caja celebra tradicionalmente su asamblea anual ordinaria en junio. La conversión en fundación bancaria podría abordarse allí, pero no se espera que ocurra. Es más probable que la entidad apure más el plazo y aborde este asunto después del verano.
Y es que el cambio de caja a fundación bancaria no es sólo una cuestión formal. Conllevará importantes cambios. Cambios de cargos, puesto que la ley no permite estar a la vez en el consejo del banco y en el de la fundación bancaria. Más transparencia, más buen gobierno y pasar a estar bajo la tutela del Ministerio de Economía, y no de la Junta. Lo cual ha levantado ampollas a nivel político.
Fuente de datos: Blog.diariosur.es
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