La recuperación económica y un entorno de tipos de interés en mínimos históricos han difuminado el susto por las preferentes. La combinación de ambos factores está llevando a los pequeños ahorradores a tomar posiciones en fondos de inversión no garantizados que ofrecen mayores rentabilidades. La banca teme que la medida del BCE incremente esta tendencia.
El escándalo de las preferentes parecía haber cambiado, para una larga temporada, el perfil de inversión de los pequeños ahorradores españoles. Sin embargo, el giro al conservadurismo de la clientela se ha difuminado con el cocktail de recuperación y tipos de interés en mínimos históricos que no hacen más que penalizar el ahorro. Desde el sector financiero se advierte que la nueva bajada de tipos por parte del Banco Central Europeo, que los sitúa en su nivel más bajo de la historia (0,15%), puede incrementar esta tendencia que se ha intensificado durante el último trimestre.
"Ahora los clientes son más proclives a correr riesgos, frente a hace dos años que todo el mundo era conservador", asegura Javier Palomar, director del grupo financiero de Ibercaja. El trasvase del pasivo desde los depósitos hacia los fondos de inversión garantizados alcanzó cotas históricas en su entidad en 2013. Una tendencia que se ha confirmado en el primer trimestre de este ejercicio con un crecimiento en la inversión de un 20%. Su situación es extrapolable al resto del sector financiero. "La migración de depósitos a fondos comenzó el pasado año con la limitación a la remuneración impuesta por el Banco de España. La bajada continuada del retorno a la inversión con los depósitos, con remuneraciones rozando ya el 1% (y bajando), no sólo ha incrementado el trasvase hacia los fondos de inversión garantizados, sino que cada vez los clientes están trasladando más volumen hacia fondos de renta variable o de renta fija a largo plazo", confirman fuentes del sector. Bien es cierto que los fondos de inversión nada tienen que ver con las preferentes en cuanto no son perpetuos pero sí conllevan el riesgo, en algunos casos, no está garantizado ni el capital ni la rentabilidad.
"El cliente vuelve a buscar rentabilidades del 4% ó 5%. Actualmente, sólo se consigue con productos de renta variable más complejos", explica Palomar. Los fondos con objetivo de rentabilidad al comportamiento bursátil de grandes compañías, a los dividendos o los resultados de éstas se están convirtiendo en la apuesta favorita de muchos clientes minoristas ante el hundimiento del precio del pasivo y unas rentabilidades del 2,25%-2,75% que ofrecen el catálogo de fondos garantizados que está actualmente en el mercado.
En un par de grandes entidades reconocen que los clientes vienen duplicando la contratación de fondos de renta variable referenciados en el último trimestre. El crecimiento se basa en un efecto trasvase desde los fondos garantizados ante la búsqueda de una mayor rentabilidad por parte de los clientes. "Hay mucho pequeño ahorrador que compensaba su salario o pensión con los intereses de sus depósitos cuando éstos pagaban más de un 4%. Ahora, aupados por la mayor confianza en la recuperación, buscan productos que vuelvan a completar esos ingresos", reflexionan desde varias entidades.
El problema de la renta variable es que no es un activo al alcance de cualquier perfil y que comporta un riesgo importante, aunque las perspectivas en Bolsa para los próximos meses son muy halagüeñas. Para inversores más avezados, y con mayor nivel de inversión, queda el mercado de renta fija, con tipos atractivos pero más arriesgados: riesgo de liquidez (en caso de impago de la deuda) y riesgo de interés (menor, dado que se esperan tipos a la baja y por tanto precios al alza).
Para el sector, el trasvase de depósitos a fondos ofrece una oportunidad de mayores ingresos por comisiones con los que mejorar los estrechos márgenes que están recibiendo de sus carteras crediticias, especialmente la hipotecaria. Así, por ejemplo, el saldo de fondos de inversión de BBVA creció un 16,6% a lo largo de 2013 lo que ayudó a elevar un 2,5% las comisiones, hasta los 1.376 millones.
"Los depósitos a un año seguirán existiendo pero no tendrán sentido como vehículo de inversión. Su remuneración caerá por debajo del 1%", explica un ejecutivo del sector. La previsión se confirma desde otras dos entidades. Santander, por ejemplo, remuneró al 1,36% los nuevos depósitos contratados durante el último trimestre de 2013, frente al 3,05% en el mismo período del año anterior.
Las entidades tendrán que tener especial cuidado en la comercialización de este trasvase de flujo minorista desde los depósitos hacia los fondos de inversión. No todos los fondos de inversión están garantizados como los depósitos. Así lo lleva advirtiendo la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha puesto el foco en los fondos con objetivo de rentabilidad, que no garantizan ni el capital ni los intereses.
El organismo que preside Elvira Rodríguez ha impuesto que estos productos dejen claro mediante advertencias a la hora de ser vendidos que no garantizan ni capital ni rentabilidad. Todo esto forma parte de la llamada “supervisión temprana” de la CNMV, que busca prevenir antes que curar.
Los expertos recomiendan fondos de retorno absoluto para los inversores que están saliendo de los depósitos y buscan una alternativa. Este tipo de productos apuestan por generar rentabilidades moderadas, pero consistentes en el tiempo, con independencia de la evolución de los mercados. A pesar de su bajo riesgo, obtuvieron una rentabilidad en torno al 3% en 2013.
Fuente de datos: vozpopuli.com
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