Unicaja ha muerto; larga vida a Unicaja. La asamblea de la entidad malagueña se reunió ayer por espacio de dos horas con carácter extraordinario. Y tanto: el último cónclave de sus miembros sirvió para certificar la defunción de la caja de ahorros, que pasará a convertirse en fundación bancaria. Se trata de un paso obligado por las actuales leyes del sector financiero que deja atrás más de un siglo de historia como caja -27 desde que se agruparon los antiguos Montes de Piedad de Ronda, Málaga, Antequera, Cádiz y Almería- y contribuye a adaptarse a las nuevas exigencias del mercado. El paso de Unicaja, que debe de ser refrendado por la autoridad bancaria e inscrito en el registro, se ha demorado casi hasta el final del plazo concedido por el Gobierno, final de este año. Caixa, Ibercaja, Kutxa y Vitalya lo habían hecho.
A partir de ahora, la entidad malagueña, única que ha quedado en el panorama andaluz con sede y capital mayoritario en la comunidad junto a Cajamar, operará mediante dos patas. Por un lado, Unicaja Banco, que ya funciona con el negocio financiero transferido. De otro, la fundación, que nace con un activo superior a 2.500 millones de euros, con una triple vertiente: ejercer como accionista mayoritario del banco -de momento mantiene el 90% del capital del mismo- gestionar las participaciones industriales y hacerse cargo de la Obra Social y Cultural de la extinta caja de ahorros.
La decisiva asamblea que de nuevo pilotó ayer Braulio Medel aprobó no sólo dicha conversión. En el habitual ambiente de consenso que preside las reuniones de la entidad malagueña, también se le dio el visto bueno a la propuesta de estatutos que regirán la citada fundación y a la lista de los 14 integrantes del patronato que liderará la misma.
La habilidad de Medel ha quedado nuevamente puesta de manifiesto en esta operación, pues sacó adelante una «alineación» que no deja descontento a nadie. Por un lado, entran en el patronato siete consejeros de la antigua caja. Entre ellos, el propio Medel, Juan Fraile y Manuel Atencia, que como a su vez son consejeros del banco, sólo podrán estar en la fundación hasta el 31 de junio de 2016 y serán durante este tiempo el primer nexo entre ambos organismos. No percibirán remuneración alguna por este desempeño. Acceden también el catedrático sevillano Manuel Olivencia y el economista madrileño Emilio Ontiveros. La Junta, que nombra a un patrono, ha propuesto al catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo.
Nuevos inversores
¿Qué cambia realmente en Unicaja? Desde luego, las primeras impresiones en cuanto a este proceso son «lampedusianas» y parece que se cambia todo para que nada cambie. O muy poco. Hay muchas caras repetidas de la época anterior. Y además, aunque el espíritu de la modificación legislativa sea el de alejar los órganos decisorios de la política, en el patronato habrá seis expolíticos.
Pero en realidad, será el tiempo, y no demasiado, el que definirá los vertiginosos cambios a los que tiene que hacer frente el antiguo Monte de Piedad. Si Unicaja no quiere tener que destinar a reservas el 50% del beneficio del banco, la fundación debe perder en breve su condición de accionista mayoritario y el control del mismo. Obliga el Banco de España. Una circunstancia que definitivamente traerá nuevos actores a su gobierno, seguramente que antes de la salida a Bolsa, prevista para antes de que acabe 2016.
Fuente de datos: sevilla.abc.es
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