Unicaja ha pedido a Bruselas alargar el plazo para completar una parte del ajuste de Ceiss, entidad absorbida por la firma malagueña tras recibir ayudas públicas. El plan era cerrar o vender las oficinas de Ceiss no estratégicas antes de fin de año, pero al no conseguir que la operación cuajase ha solicitado seis meses más, plazo que Europa le ha concedido.
La reestructuración del sistema financiero español prácticamente ha finalizado, salvo alguna que otra excepción. Este es el caso de Unicaja y Ceiss (banco resultante de la fusión de Caja España y Caja Duero), una fusión cuyas negociaciones se prolongaron casi tres años, y que en más de una ocasión estuvieron en la cuerda floja, aunque en marzo de este año el consejo de administración de la entidad malagueña y el de la firma castellano leonesa aprobaron la operación definitivamente.
Tras esta unión, Unicaja, entidad que absorbió a Ceiss, debía completar el ajuste de la segunda tras haber recibido ayudas públicas por 1.530 millones de euros a costa de los contribuyentes. De esta cifra, 241 millones de euros fueron ayudas adicionales destinadas a hacer frente a las demandas de los afectados por las participaciones preferentes.
Estos últimos fondos públicos supusieron una modificación del plan de resolución de Ceiss en una serie de puntos: el volumen máximo de la cartera crediticia debía reducirse un 10% adicional; el tamaño máximo del balance tenía que bajar un 15% adicional; la ratio objetivo de préstamos sobre depósitos sería un 10% inferior a la prevista inicialmente en las regiones de principal actividad de Banco Ceiss; y la reestructuración organizativa incluía el cierre de un 5% más de oficinas y se mantendría la disminución de plantilla prevista hasta el 31 de diciembre de 2014, si bien se realizaría un recorte adicional del 5% antes del 31 de diciembre de 2016.
Además, se imponían restricciones adicionales en materia de reparto de dividendos por Banco Ceiss durante el periodo de resolución.
Ante este reajuste del plan de reestructuración de Ceiss impuesto por Bruselas, la idea de Unicaja era lograr que unas 32 oficinas de la firma castellanoleonesa reconocidas como no core o lo que es lo mismo, no estratégicas, fueran adquiridas por otra entidad, con lo que se evitaría, además, nuevas salidas de empleados de la entidad.
Para ello, encargó al banco de inversión N+1 la venta de esta red de oficinas de fuera de Castilla y León. Bankinter, Evo Banco (propiedad del fondo estadounidense Apollo) y Targobank han analizado el libro de venta de esta red de sucursales. Pero al final, ninguno de los tres bancos han dado el paso definitivo para su compra.
Bankinter, de hecho, mostró su desinterés prácticamente desde el principio. El más interesado, parecía que era Targobank, firma que ha decidido dar el salto para crecer en España, pero hace unas dos semanas esta firma constituida al 50% entre el francés Credit Mutuel y Banco Popular rompió las negociaciones, lo que coincidió con la fecha dada por Bruselas para cerrar el ajuste de Ceiss. Unicaja, sin embargo, ha pedido a la Comisión Europea un aplazamiento de seis meses para finalizar el ajuste, y, según varias fuentes financieras Bruselas ha aceptado.
Fuentes de la entidad que preside Braulio Medel están convencidos de que este aplazamiento será determinante para cerrar la venta de estas 32 oficinas de Ceiss. De momento, todo parece indicar que Unicaja está dispuesta a replantearse algunas de las peticiones de Targobank, con lo que si es así, podrían reanudarse las negociaciones.
La entidad fracesa (la gestión de Targobank corresponde a Crédit Mutuel) está interesada sobre todo por las 20 oficinas que tiene Ceiss en Extremadura. Targobank está asesorado en esta operación por el propio Banco Popular.
La posibilidad de que Evo Banco pueda seguir estudiando la compra de estas oficinas se ha disipado, una vez que esta firma, propiedad del fondo estadounidense Apollo, negocia en la actualidad el cierre de varias sucursales en España. Solo estaría en disposición de comprar un número muy reducido en Galicia, donde Evo no tiene presencia.
Aprovecha para poner orden en sus filiales
Unicaja se encuentra en la actualidad poniendo en orden su cartera de filiales financieras. Esta operativa coincide con la integración de Ceiss en la que se encuentra inmersa ahora la firma malagueña. A ello se une también la posibilidad de que quiera adelantar su salida a Bolsa al próximo año, aunque tiene cinco años para hacerlo y así no estar penalizado con la constitución de un fondo de reserva como consecuencia del elevado porcentaje que tiene la Fundación Unicaja en el capital del banco y que es del 90,8%. Unicaja, de hecho, reconoce que ya ha comenzado a analizar esta posibilidad y buscar potenciales inversores. Pese a ello, también reconocen que no tienen prisa, y que únicamente han previsto salir al mercado antes de 2017. Eso sí, el pasado 18 de diciembre Unicaja comunicó el cierre de las oficinas de Málaga y Madrid de su filial Banco Europeo de Finanzas (BEF), aunque mantiene una mínima actividad para conservar la licencia bancaria, que también pretende vender. Una vía podría ser vender la licencia de BEF con las oficinas de Ceiss, en caso de no llegar otra vez a un acuerdo con Targobank. El pasado 27 de noviembre, Unicaja junto a Ibercaja y BMN acordaron la venta del 100% del capital del banco de negocios EBN. José Gracia, ex consejero de Banco Popular, y Santiago Fernández Valbuena, director general de estrategia de Telefónica, fueron los compradores. Las relaciones con Popular pueden servir positivamente para que al final Targobank adquiera la red no core de Ceiss. Unicaja ha llegado a tener el 5% del capital de Banco de Andalucía, entonces filial de Popular que fue absorbida en 2008 por la matriz. Entonces Andalucía era la marca regional más importante de Popular.
Fuente de datos: cincodias.com
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