Los dos peritos del caso Bankia, los veteranos inspectores del Banco de España, Antonio Busquets y Víctor Sánchez Nogueras, acudieron a trabajar el pasado viernes como siempre, pese al revuelo provocado en su propia casa y en altas esferas económicas y políticas.
En su entorno aseguran que ambos son conscientes de que se juegan su carrera, pero que están convencidos de su trabajo y de que tienen mucha artillería. De ella se conocen ya bombas de relojería como éstas: Hunden al ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato por engañar a sabiendas en la salida a Bolsa; descalifican a la auditora Deloitte, salvo en el episodio que se relata a continuación; siembran dudas sobre el actual presidente, José Ignacio Goirigolzarri; y, solo entre líneas, dejan como inútiles al Banco de España y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Pero hay más. Por ejemplo una derivada de alto voltaje político sobre Ángel Acebes, el ex secretario general del Partido Popular y amigo de Rajoy. En la página 94 aparece una inquietante descalificación contra el comité de auditoría del Banco Financiero de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, cuando lo presidía Acebes. «El Comité de Auditoría y Cumplimiento (CAC) fracasó en sus funciones (...) El auditor externo [Deloitte] advirtió de los puntos problemáticos a la CAC el 18 de octubre de 2011 sin que conste que la alta dirección tuviera en cuenta sus recomendaciones ni que la CAC lo verificase». «La mayor parte de los ajustes en las cuentas fueron comunicados por el auditor con antelación suficiente».
¡El 18 de octubre de 2011! Entonces Bankia ya cotizaba en Bolsa sin que trascendiera aun ningún drama irreversible. Si hubieran actuado Rato y el comité de Acebes, quizá habrían estado a tiempo. Quizá habrían podido movilizar un plan de saneamiento y recapitalización capaz de evitar o paliar el caos de siete meses después. El 30 de abril de 2012, Deloitte se negó a firmar las cuentas de Rato por no haber atacado esos problemas de octubre de 2011 y el ex vicepresidente del Gobierno cayó días después desatando la mayor nacionalización de la historia de España y la petición de un humillante rescate a la UE. Acebes dejó en cambio BFA-Bankia a tiempo, el 24 de abril de 2012, contratado providencialmente por Iberdrola.
Con esta conclusión sobre Acebes, el informe pericial aclara una polémica que había enfrentado al ex ministro en la Audiencia Nacional con el responsable de banca de Deloitte, Francisco Celma. Éste declaró al juez, Fernando Andreu, que había avisado a tiempo al comité de Acebes. En contraste, el testimonio del ex ministro en la Audiencia Nacional el 23 de noviembre de 2012 -y que recobra ahora relevancia- fue éste:
-Fiscal Anticorrupción. «¿Qué información les dio el auditor externo? ¿Les informó el señor Celma de cuestiones relevantes (...) que afectaran a la contabilidad?»
-Acebes. «Jamás en la Comisión de Auditoría el señor Celma en ningún momento dijo que existiese ningún problema. Todo lo que nos llegó a trasladar era absoluta normalidad».
Según los peritos, «consta en acta» lo contrario. En el acta del 18 de octubre, a la que ha tenido acceso este diario, aparece que se habló sobre «planificación de la auditoría» con asistencia de Acebes y otros consejeros de distinta ideología política. En efecto, salió el problema de que el banco debía explicar cómo «soportar» el posible «deterioro» de la valoración de Bankia en BFA, porque ya no eran ni por asomo los 12.000 millones oficiales tras el humillante descuento de la salida a Bolsa. También que el banco debía «justificar» cómo recuperar los multimillonarios créditos fiscales.
En el acta se explican tales potenciales y graves agujeros de forma lamentablemente poco descifrable para los no expertos contables. Pero para los peritos la mera mención es suficiente. Vistas las mareantes cifras del acta, es cierto que cualquier consejero diligente y cualificado debía como mínimo intuir que estaba ante dinamita. Es, por tanto, otro error en un grupo en el que «se pone de manifiesto la pésima calidad del seguimiento del riesgo de crédito de BFA o incluso su carencia (...) La responsabilidad alcanza a los directivos y altos órganos de gobierno de BFA», asegura el informe. Los peritos incluso avisan de que, según se terminen tipificando las infracciones cometidas, «podrían llegar a la cancelación de la licencia bancaria». Es decir, que Bankia puede llegar a ¡perder ficha para operar en España! No hay que prejuzgar. Este informe no es la biblia y debe ser contrastado a fondo, pero urge esclarecer sus conclusiones.
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