martes, 30 de diciembre de 2014

Unicaja e Ibercaja, abocadas a salir a Bolsa y buscar nuevos accionistas



La reestructuración del sistema financiero español ha quedado prácticamente completada tras seis años de crisis, pero algunas entidades aún tendrán que atravesar una nueva etapa de reconversión hasta adquirir la forma societaria definitiva. Es por ello que los bancos controlados por fundaciones bancarias -Ibercaja y Unicaja, principalmente- están abocados a dar entrada en su accionariado a nuevos inversores para cumplir con la circular del Banco de España.
Y es que el supervisor bancario penalizará muy duramente a aquellas entidades financieras cuyo control mayoritario siga en manos de dichas instituciones. En la práctica, esta normativa obligará a determinados grupos bancarios a salir a Bolsa en los próximos años. 
Las fundaciones que tengan una participación igual o superior al 50% de una entidad de crédito, o cualquier otra menor que suponga una posición de control, deberán constituir un fondo de reserva para hacer frente a posibles crisis financieras dotado con, al menos, el 0,5% de los activos ponderados por riesgo de la entidad.
Esta medida disuasoria pretende desincentivar la toma de control de entidades financieras por parte de fundaciones procedentes de las antiguas cajas de ahorros. La constitución de un fondo de reserva con los criterios fijados por el Banco de España supone una losa para estos organismos, que optarán por reducir su participación por debajo del mencionado umbral.
De otra forma, la Fundación Bancaria Unicaja, que se constituyó el pasado 24 de noviembre, tendría que provisionar alrededor de 166 millones de euros. La Fundación de Ibercaja debería crear un fondo de unos 132 millones, y los accionistas de Kutxabank, una entidad con ciertas particularidades respecto a las otras dos, tendrían que crear un fondo cercano a los 700 millones. 
En este sentido, fuentes de Unicaja explicaron a este periódico que el patronato de la fundación, que se reunió por primera vez el pasado 4 de diciembre, aún no ha establecido la hoja de ruta a seguir durante los próximos cinco años, que es el plazo que el Banco de España ha dado para llevar a cabo las desinversiones o constituir íntegramente el fondo de reserva. 
No obstante, la Fundación Unicaja, que posee un 90,8% del negocio financiero, ya declaró su intención de salir a Bolsa cuando adquirió el Banco Ceiss -producto de la unión de Caja España y Caja Duero-. La previsión de esta fundación es salir al mercado antes de 2017.
Algo similar ocurrirá con Ibercaja Banco, según fuentes próximas a la entidad, que recuerdan que «el objetivo que persigue la ley es que las entidades surgidas de las antiguas cajas tengan claras las fuentes futuras de capital que cualquier entidad necesita para hacer crecer y hacer frente a sus planes de futuro, como sucede con los bancos que están en Bolsa y hacen ampliaciones de capital regularmente».
De acuerdo con esas coordenadas, Ibercaja tiene previsto llevar a cabo esa desinversión, pero no hay fecha fijada. «En el horizonte está la salida a Bolsa, para la que no queremos agotar los plazos que da la ley», añaden en la entidad. 
Este verano el grupo hizo una ronda de presentaciones a potenciales inversores institucionales para explorar el apetito del mercado, aunque la demanda que se encontró -fondos especulativos y con poca visión de negocio a largo plazo- no convenció al grupo. 
Por su parte, Kutxabank es la tercera entidad que está controlada de forma mayoritaria por fundaciones bancarias. El banco vasco es propiedad de la Fundación BBK (57%), la Fundación Kutxa (32%) y la Fundación Vital (11%), procedentes de las tres cajas de ahorros vascas que conformaron la entidad. Las tres fundaciones presentaron alegaciones al Banco de España asegurando que no existía una concertación de intereses entre ellas y que, por tanto, cada participación debía ser vista como independiente. 
Esta tesis, que ha sido aceptada por el supervisor nacional y el Gobierno tras las negociaciones con el PNV, evita que la entidad se considere propiedad al 100% de una única fundación. De este modo, el único accionista de control, la Fundación BBK, ostenta el 58%, una posición que reduce considerablemente la cuantía del fondo de reserva que deberá constituirse y que lo hace asumible para los administradores del banco. 
El futuro de Kutxabank parece, por tanto, que seguirá vinculado a las fundaciones, donde los partidos políticos siguen ejerciendo el control de facto. Esta decisión provocó, recientemente, la dimisión de su anterior presidente, Mario Fernández, muy respetado en el sector tras haber convertido a esta entidad en una de las más capitalizadas de España y partidario de profesionalizar el banco dando entrada a inversores institucionales. 
En cuanto a CaixaBank, es la cuarta entidad controlada de forma mayoritaria por una fundación, aunque la estrategia marcada por el grupo facilitará que el actual 58,91% se reduzca por debajo del 50% en los próximos años sin necesidad de hacer cambios societarios significativos.

Fuente de datos. elmundo.es

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