martes, 13 de enero de 2015

Unicaja encara el año 2015 con el reto de salir a bolsa

Tiene el compromiso de cotizar antes de 2017 y 5 años para reducir su control en el banco por debajo del 50%

El presidente de Unicaja Banco, Braulio Medel, en una reciente comparecencia. 

Tras un 2014 en el que Unicaja cerró al fin la compleja adquisición de Banco Ceiss y se transformó en fundación bancaria, poniendo punto y final a 130 años de trayectoria como caja de ahorros, la entidad malagueña afronta el ejercicio de 2015 con calma pero con necesidad de empezar a planificar sus nuevos retos. Uno de ellos es preparar con tiempo la futura salida a Bolsa. Unicaja adquirió en el marco de la oferta de compra por Ceiss el compromiso de cotizar como máximo antes de 2017 y aunque queda tiempo por delante, fuentes cercanas al banco presidido por Braulio Medel no piensan que la entidad vaya a apurar el plazo.

«Los especialistas nunca aconsejan eso porque hay que estudiar muy bien cuál es el momento más adecuado y si te esperas al final puede que no lo encuentres. Quien debe decidir la fecha exacta es el accionista mayoritario de Unicaja Banco, es decir, su fundación bancaria, que tendrá que tomar la decisión. Se le dará mil vueltas para determinar el momento más interesante, aquel en el que se considere que el banco tiene más valor y que ofrece a sus inversores mayores probabilidades futuras de rentabilidad ¿Eso podría ocurrir en 2015 o a lo largo de 2016? Ahora mismo es imposible saberlo», comentan.

Fuentes de la entidad, por su parte, niegan que actualmente haya alguna idea definida al respecto, ni en lo concerniente a la fecha exacta ni en lo relativo al porcentaje inicial de salida a Bolsa. También recuerdan que la flamante fundación bancaria se constituyó a finales de noviembre y que su patronato sólo ha tenido tiempo de reunirse una vez (el pasado 4 de diciembre).

Paralelamente a esta operación, Unicaja tendrá que decidir si acomete el proceso de desinversión que, en un plazo de cinco años, llevaría a que la fundación bancaria redujera su actual participación en la entidad –el 90,8% del accionariado– por debajo del 50%. Esta medida obedece a las exigencias del Banco de España, que pretende así reducir el poder de las fundaciones procedentes de antiguas cajas de ahorro dentro de los nuevos bancos. Unicaja podría mantener su actual participación, sí, pero en ese caso estaría obligada a constituir un fondo de reserva para hacer frente a posibles crisis dotado con, al menos, el 0,5% de los activos ponderados por riesgo de la entidad. Ante tamaño requisito, detallado por el Banco de España en un proyecto de circular, los expertos creen que todas las entidades afectadas (principalmente Unicaja, Ibercaja y Caixa, ya que aún no se sabe que pasará en Kutxa) optarán por reducir la participación. Eso abriría la puerta a la entrada nuevos inversores en Unicaja Banco.

«Unicaja, a través de su fundación bancaria, deberá decidir si mantiene su actual peso en el banco o va reduciendo paulatinamente su participación. Si lo mantiene tendría que prepararse para afrontar unas dotaciones económicas importantes. El sentir generalizado en el mundo financiero, en principio, es que ninguna de las entidades transformadas en fundación recurrirá a esa vía. Lo más normal es que todas vayan desinvirtiendo en ese plazo de cinco años para quedar por debajo del 50%. Pero en todo caso, será al ritmo que Unicaja decida», comentan fuentes del sector.

A su juicio, la entidad podría buscar inversores tanto institucionales como particulares mediante una ampliación de capital y aprovechar también para este fin la citada salida a Bolsa. Ahora mismo, el 10% de las participaciones de Unicaja Banco que no está en manos de la fundación se reparten entre clientes institucionales que poseían títulos híbridos de Ceiss y que aceptaron en su día la oferta de canje. También hay pequeñas participaciones de fondos de inversión y de algunas entidades financieras.

Sea cual sea la decisión de Unicaja, la nueva ley del sector aprobada a finales de 2013 prevé que las entidades presenten un plan financiero de carácter reservado al Banco de España en un plazo máximo de tres meses, a partir de la constitución de su fundación bancaria, donde aclaren cuál es el camino que van a seguir. Eso daría de plazo a Unicaja hasta finales de febrero para presentar el plan.

Venta de oficinas

Por último, Unicaja también deberá estar atento en este primer semestre de 2015 a un asunto referente a su filial Ceiss. El banco castellanoleonés, que recibió en su momento ayudas públicas, tiene pendiente la venta o clausura de 32 oficinas no estratégicas como parte del plan de ajuste diseñado por Bruselas. Estas oficinas están fuera del territorio de principal actividad de Ceiss (definido por Castilla y León, Madrid y Cáceres).

La idea inicial es que este proceso hubiera estado listo a cierre de 2014 pero, al parecer, Bruselas ha aceptado una demora hasta mitad de 2015. Las negociaciones en busca de interesados proseguirán durante estos meses. La francesa Targobank parece la entidad que ha mostrado mayor interés en adquirir las oficinas aunque en los últimos días también se ha hablado de un presunto interés por parte de Abanca, la antigua Novagalicia. Fuentes de Ceiss se limitaron a exponer que «el plan de reestructuración se está cumpliendo».

FUENTE DE DATOS: laopiniondemalaga.es

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