La reciente apertura de un expediente a los colegios de abogados de Ourense y Pontevedra ha puesto de manifiesto que el conflicto de las preferentes y subordinadas sigue vivo. De hecho, son decenas los procedimientos judiciales que aún no han concluido.
Lo que sí parece que está relativamente próximo a terminar es el plazo para poder interponer demandas por parte de afectados. Así lo entienden letrados como Andrés Malvar o Eduardo Belín, del despacho pontevedrés Mareque-Malvar Abogados, ya que se trata de cuestiones que prescribirían a los cuatro años, tal y como dictaminaron en su día los magistrados de las Audiencias de Galicia. Se considera que hace tres años, en el 2012, los primeros casos salieron a la luz, con lo que comenzó la cuenta atrás.
Consideran que, a lo largo del primer trimestre del 2016, podría cumplirse este margen temporal, al tiempo que apuntan que, según los propias estimaciones de las entidades, un 30 % de los suscriptores de estos productos no ha interpuesto demanda alguna. «Está claro que no todo este porcentaje se corresponde con afectados, pero sí una gran parte», precisó Andrés Malvar.
Ambos letrados fueron pioneros en Pontevedra a la hora de defender los intereses de preferentistas y su experiencia les lleva a sostener que, incluso, aquellas personas que acudieron al canje con las entidades bancarias «sí pueden demandar y ganar los pleitos». Es algo que también confirman magistrados pontevedreses, quienes incidieron en que «el canje no supone un acto de renuncia de los derechos que puedan asistir a los afectados».
Los abogados pontevedreses insistieron en que a los suscriptores «se les devuelve el dinero siempre. Interesa llegar hasta el final frente a los acuerdos que ofrecen [las entidades], ya que suelen ser mucho más beneficiosos para los afectados». En cualquier caso, reconocieron que se han dado casos en los que sus clientes han tenido que aceptar la oferta de una entidad acuciados por la necesidad económica
Malvar lamentó que «las ofertas de negociación siempre son cerradas, y en beneficio del banco», al tiempo que aseguró no comprender el interés que pueden tener en recurrir sentencias que les son contrarias. Explicó que algunos clientes han conseguido que el banco les reintegre el dinero atrapado en preferentes para, acto seguido, tener que verse en la obligación de mantener el pleito ya iniciado para recuperar cantidades invertidas en subordinadas: «Las entidades financieras se podrían allanar -aceptar el contenido de la demanda-, pero no lo hacen. Solo en costas se ahorrarían, aproximadamente, un 30 %. Estamos hablando de entidades que han sido rescatadas con dinero público.
Fuente de datos: lavozdegalicia.es
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