jueves, 12 de marzo de 2015

Quien compró preferentes hizo una inversión de riesgo para siempre

Los bancos aprovecharon la falta de formación financiera de sus clientes para ofrecer el producto


La mayoría de personas que invirtieron en preferentes no podían conocer realmente el alcance de su inversión. En Arriaga Asociados lo hemos comprobado en las ya más de 1.700 sentencias de preferentes que hemos ganado a los bancos. La entidades que ofrecieron este producto en nuestro país, podrían haberse aprovechado del desconocimiento y de la falta de formación financiera de sus clientes a la hora de formalizar estos contratos. 
Muchas personas invirtieron los ahorros de toda su vida en un producto financiero de alto riesgo. La mayoría de ellas habían guardado hasta entonces el dinero ahorrado en depósitos, fondos de inversión y otros instrumentos donde era casi imposible perderlo. Pero llegó el año 2009 y se les convenció a la mayoría de ellos que invirtieran en un producto nuevo: las preferentes. En Arriaga Asociados nos consta que a algunos se les dijo que era un producto de plazo largo (parecido al plazo fijo, pero a más años) y que si se necesitaba el dinero en 48 horas lo tenían. A otros ni tan siquiera se les dijo eso. 
Lo que creían una inversión segura era, en realidad, una inversión en un producto financiero a perpetuidad y con escasas posibilidades de venta, menos aún después de que muchas entidades bancarias se desmoronaran y tuvieran que ser, incluso, rescatadas. 
La gran mayoría de los bancos, por los numerosos casos que hemos visto en Arriaga Asociados, no informaban a sus clientes del riesgo de las preferentes, no les decían que se trataba de una deuda perpetua, sólo les decían que era a largo plazo. Muchas veces, los trabajadores estaban incluso aleccionados sobre qué decir y qué no decir sobre el producto. 
Las preferentes son títulos emitidos a perpetuidad con una rentabilidad variable, muy dependiente de la situación del emisor y de los mercados financieros. De hecho, la Audiencia Nacional investiga si la comercialización de estos productos por parte de Caja Madrid (actualmente Bankia) fue un fraude ideado para tapar la mala situación financiera de la entidad.
Quien compró preferentes hizo una inversión de alto riesgo para siempre. Los bancos buscaron bolsas de clientes con ahorros ya depositados en las propias entidades y evitaron a los más cualificados. Y, de repente, estos clientes con ahorros pasaron de tener un perfil conservador y ahorrador a un perfil de riesgo en un día, porque la operación de cancelar sus depósitos y traspasarlos al nuevo vehículo de inversión llamado «preferentes» se realizaba en apenas en minutos. 
Después de lo sucedido, muchas de estas personas quizá hayan aprendido algo de terminología financiera, pero también se han hecho más desconfiadas respecto a las entidades bancarias. Cuando llegan a Arriaga Asociados para que les ayudemos y les asesoremos, la mayoría nos dicen lo mismo: «antes, tenías el dinero en el banco y estaba seguro, ahora de la noche a la mañana, ese dinero se ha volatilizado».
Afortunadamente, la Justicia está reconociendo que se ocultó información relevante sobre la naturaleza y riesgos de este producto, y que eso, junto a la inmediatez entre el hecho de la prestación de información y la suscripción del producto, determina que pueda darse como probado que en el momento en que las personas suscribieron las preferentes no eran realmente conocedores de la verdadera naturaleza de lo que estaban contratando, esencialmente en lo que se refiere al carácter perpetuo de las inversiones de capital y de los riesgos de pérdida del capital invertido.
Fuente: abc.es

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