Las cajas fuertes de Galicia, Caixa Galicia y Caixanova, todopoderosas hasta finales de la última década, atraparon a decenas de miles de impositores con productos híbridos que comercializaron sin advertir de sus riesgos. Las odiadas participaciones preferentes fueron adquiridas por personas de todo perfil, incluso analfabetos, o madres y padres que querían realizar una inversión para sus hijos menores de edad y que vieron atrapados sus ahorros.
Tras una dura batalla en los juzgados de los afectados, sumada a las protestas ante los servicios de mediación que puso en marcha la Xunta y a raíz del escándalo que también tocó de lleno a otras entidades como Bankia, la Comisión Nacional del Mercado de Valores desplegó una investigación que ha terminado este sábado con la publicación en el Boletín Oficial del Estado de cuatro multas que suman poco más de dos millones de euros. Muy poco escarmiento en relación al tamaño del problema: el FROB, en un informe fechado a mediados de 2014, elevó a 116.000 los afectados por preferentes y subordinadas en Galicia por un importe de 1.831 millones de euros. Las sanciones llegan siete años después de que las cajas vendiesen esos productos y tras la privatización de las mismas por parte del FROB. El Estado vendió el banco resultante NCG, al grupo venezolano Banesco, que opera en España bajo la marca Abanca.
Lo que el BOE plasma hoy son cuatro multas que se imponen a Caixa Galicia, Caixanova y la entidad resultante de su fusión, Novacaixagalicia. La primera caja, con sede en A Coruña, recibe una sanción por la comercialización, entre 2008 y 2009, de productos híbridos sin evaluar si eran adecuados a los conocimientos y experiencia de sus clientes. Caixanova también es sancionada porque distribuyó, desde 2009 a noviembre de 2010, “productos híbridos utilizando sistemas de evaluación que presentaban deficiencias”, sin advertir a sus clientes "que las operaciones eran no convenientes o no evaluadas, y no habiendo acreditado la entrega de información sobre las características y riesgos de dichos productos". La CNMV reprocha a la entidad resultante, Novacaixagalicia, el mismo comportamiento, por lo que impone una sanción a las tres de un millón de euros.
A ella se suma el hecho de que ni Caixanova primero ni Novacaixagalicia después "gestionaron adecuadamente los conflictos de interés generados por la realización de cases entre sus clientes a precios significativamente alejados de su valor razonable", desde el 19 de junio de 2009 hasta el 13 de septiembre de 2011. La falta, considerada "muy grave", alude a la forma en que las cajas crearon una suerte de "mercado interno" por el que algunos clientes liquidaron preferentes que la entidad colocaba a otros impositores según su propio criterio. Esa forma de actuar merece según la CNMV dos sanciones de 800.000 y 200.000 euros que se suman a una última de 50.000 euros para dar ese total de dos millones.
Fuente: noticias.elpais.com
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