El juzgado de primera instancia de Refuerzo de Vigo ha ordenado a Abanca devolver 313.170 euros a un matrimonio de jubilados de Poio a los que en su día se convenció para que invirtieran en obligaciones subordinadas. Entre otras razones, en el fallo figura la ausencia de pruebas de que los denunciantes conocieran las características de estos productos.
El hombre, trabajador de la construcción, y su mujer eran clientes de la caja desde 1974, lo que explicaría, según la defensa, «que se fuera forjando una relación de confianza con la entidad, y que se dejaran asesorar por quien se suponía debía conocer los productos que ofrecían». Añadió que «todos y cada uno de los testigos califican a los actores como clientes tradicionales y ahorradores».
Fuente: lavozdegalicia.es
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