El Banco Central Europeo (BCE) está mandando mensajes de calado a las entidades supervisadas, y a la banca mediana, (Kutxabank, Unicaja, Ibercaja, BMN y Abanca), les anima a que aceleren sus planes para cotizar en Bolsa y así profesionalizar sus consejos de administración. Las entidades no lo descartan a medio plazo pero prefieren ser cautas; algunas sospechan que podrían ser opadas por los grandes si salen ahora a bajos precios al parqué.
El brazo ejecutor del BCE en los bancos, el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), se ha tomado muy en serio el control de las entidades desde que en noviembre pasado asumió esta función. En los frecuentes contactos que mantiene con los gestores de la banca mediana (todos ellos procedentes de antiguas cajas de ahorros), les ha comentado que sería beneficioso salir al parqué y exponerse al escrutinio de los mercados.
Según la normativa europea impuesta a España en el Memorando de Entendimiento, firmado en mayo de 2012 con motivo del rescate bancario, las fundaciones deben vender la mayoría del capital de los bancos para 2018, pero el BCE quiere que antes salten al parqué.
Fráncfort considera que este es el camino para mejorar la gestión y profesionalizar el gobierno corporativo. El BCE no cree que este sea un problema exclusivo de los medianos, ya que ha pedido estar presente en los consejos de administración de casi todas las entidades para comprobar su funcionamiento y verificar si se debaten las decisiones estratégicas y no son impuestas por los presidentes.
El BCE quiere que Kutxabank, Unicaja Banco, Ibercaja Banco, BMN y Abanca sigan los pasos de Liberbank, que en mayo de 2013 empezó a cotizar. Aunque no lo ha manifestado a todas las entidades con la misma firmeza, el supervisor busca que estos bancos trabajen bajo el control indirecto de los inversores, los analistas y los mercados bursátiles. Algunas ya se han comprometido, aunque a largo plazo: BMN, controlada por el Estado, y Unicaja Banco, han asegurado que saldrán al parqué antes de diciembre de 2016. Ibercaja también ha comentado que su plan estratégico incluye salir a Bolsa en 2016. Abanca ha comentado que en sus planes está la Bolsa pero para 2018. El BCE no quiere que los bancos arrastren los pies. Incluso parece tener más interés que el propio Banco de España.
Los siete enanitos bancarios
Algún ejecutivo de la gran banca ha llamado “los siete enanitos” a Bankinter, Kutxabank, BMN, Liberbank, Unicaja, Ibercaja y Abanca. Todos ellos tienen menos de 100.000 millones en activos.
Esta terminología no gusta a algunos ejecutivos incluidos en esta clasificación y recuerdan que si los enanitos se unieran, podrían convertirse en un gigante. “Esta hipotética fusión, aunque no incluyera a todos, crearía una entidad más grande que el Popular o el Sabadell, con un dominio geográfico interesante, aunque es un proyecto difícil”, dice un gestor consultado. El Gobierno empujó la unión de Liberbank, BMN, Unicaja e Ibercaja en mayo de 2012, sin éxito. Demasiados egos.
La prueba es que en el reciente informe de seguimiento de la Comisión Europea sobre España (de mayo 2015) recuerda que están pendientes algunos puntos de la reforma de las cajas de ahorros. En concreto, destaca que se espera la aprobación de una circular del Banco de España sobre el fondo de reserva que deben tener las entidades que controlen más del 50% del capital. Este fondo es un dinero que la caja-fundación, dueña del banco, debe guardar para prevenir posibles problemas financieros.
Algunos expertos consideran que este fondo puede ser “una misión imposible” por lo que todas se verán abocadas a desprenderse de más del 50% del capital del banco. El BCE, según las fuentes consultadas, cree que la circular es clave para incentivar a que los bancos salgan a Bolsa y por eso se queja del retraso del Banco de España. Consultado el Banco Central Europeo, declinó realizar comentarios sobre esta cuestión.
Como decía el MOU, el objetivo de esta profesionalización de las entidades es restar poder, directo e indirecto, a los políticos que influyeron tanto en la debacle de las cajas de ahorros, con un coste directo superior a los 55.000 millones para los contribuyentes, hasta el momento.
Temor a las consecuenciasPero los bancos medianos consultados temen las consecuencias de salir a cotizar. Algunos creen que se facilitaría ser comprados por los grandes, sobre todo si salen ahora con una baja valoración ya que los ingresos son escasos y, por lo tanto, los beneficios también. Otros gestores creen que todos acabarán cotizando en Bolsa “porque es el mejor camino para captar capital ante las exigencias de los reguladores y, quizá, para financiar compras en el futuro para ganar tamaño”.
Detrás de esta situación está el panorama bancario que busca el BCE: pocas entidades y muy grandes o la biodiversidad con entidades regionales de tamaños diferentes. Eso es lo que está en juego.
Fuente: economía.elpais.com
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