El futuro de Banco Ceiss, propiedad de Caja España-Duero, sigue en el aire. El largo y tortuoso proceso de negociación con Unicaja para su absorción tropieza de nuevo y el riesgo de la nacionalización vuelve a tomar cuerpo.
La oferta que el Fondo de Rescate Bancario (Frob) ha realizado a los preferentistas de Ceiss no garantiza la aceptación que exige Braulio Medel para que lleve a buen término la operación.
Desde estas mismas páginas hemos sido los primeros en denunciar el engaño masivo que supuso la venta de las preferentes de la entidad de ahorro castellano y leonesa. Y también que se ha actuado demasiado tarde en prestar atención y dar una respuesta justa a los miles de ahorradores castellano y leoneses que cayeron en la trampa fiándose de la relación de confianza que tenían con los empleados de la caja con la que habían trabajado toda la vida.
La propuesta que ha planteado el FROB garantiza que los preferentistas recuperen la práctica totalidad de su inversión, aunque ésta no tendrá plena liquidez hasta que Unicaja permita la conversión de los títulos que dará a los ahora accionistas de Ceiss. Es decir, se les pide que vuelvan a confiar en unos productos que casi les han llevado a la ruina.
La tardanza en reaccionar ha permitido además que se cree todo un negocio alrededor de las reclamaciones judiciales. Ahora se pide a los preferentistas que den la espalda a los únicos que se han preocupado de atenderles en los duros momentos de zozobra que han tenido que vivir.
Es facilmente entendible que en estas circunstancias la propuesta del fondo de rescate de la banca no genere especial entusiasmo entre los accionistas de Ceiss y el futuro del banco vuelve a ennegrecerse.
La sombra de la nacionalización amenaza con aumentar exponencialmente los cerca de 1.200 millones de euros que ha costado hasta el momento a los contribuyentes la nefasta gestión de la antigua Caja España-Duero, cuyos dirigentes siguen sin pedir ni siquiera perdón.
RAFAEL DANIEL
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