viernes, 6 de marzo de 2015

Los cinco grandes riesgos de las preferentes


Los riesgos para el pequeño ahorrador que invirtió en participaciones preferentesfueron muchos, no cabe duda. En Arriaga Asociados lo sabemos bien por la cantidad de casos que gestionamos. Un millón de personas en nuestro país invirtieron su dinero en un producto que creían sencillo y sin riesgo (así se lo dijeron los bancos que las vendieron), pero cuando fueron a pedir ese dinero y a recuperarlo se encontraron con muchas dificultades y con unas pérdidas inesperadas. 

Como ya saben, las preferentes son unas participaciones que emitieron las entidades de ahorro, ofreciendo altas tasas de interés, que llegaron incluso a superar el 8%. Este hecho hizo este producto muy atractivo para el ahorrador medio, porque eran más rentables que los depósitos y que la gran mayoría de los fondos de inversión que existían hasta el momento. 

Estas obligaciones fueron vendidas habitualmente por las sucursales de bancos y cajas entre sus clientes y, ocultando las verdaderas condiciones del producto que iban a comprar, hizo que todas las personas afectadas corrieran riesgos de gran importancia. 

¿Cuáles fueron esos riesgos? Pues, básicamente, en Arriaga Asociadospensamos que fueron cinco:

1.- La entidad emisora estaba cubierta legalmente, para que el comprador firmara la adquisición de las participaciones preferentes con las condiciones establecidas. Sin embargo, aunque este producto, que se vendió en diversas variedades, era legal, los riesgos que corrían sus compradores provocaron que incluso la Comisión Nacional del Mercado de Valores advirtiera públicamente de los peligros de estas inversiones. 

2.- De entrada, hay que tener en cuenta que se trataba de productos que no están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos. Uno de los problemas principales que vemos en Arriaga Asociados es que, normalmente, la rentabilidad no estaba asegurada, porque el cupón con los intereses se pagó durante un período que oscilaba entre uno y cuatro años, y después quedó referenciado a la evolución del Euribor, muy inferior en esos momentos a las altas rentabilidades que ofrecían aparentemente estas inversiones.

3.- Además, en las condiciones también existió el compromiso de abonar los intereses si la entidad emisora conseguía el beneficio y los niveles de solvencia adecuados, y en caso contrario podía suspender el pago del cupón. Los cupones no pagados no se acumulaban en los años siguientes, sino que se perdían definitivamente. 

4.- La falta de liquidez fue otro problema. En Arriaga Asociados hemos comentado hasta la saciedad que se trataba normalmente, de participaciones de carácter perpetuo, que cotizaban en el mercado de renta fija privada, y cuando se procedía, a su venta el precio era el que marcaba el mercado que, en tiempos de crisis, como los que se vivió por aquel entonces, fue muy inferior al precio al que se compró el producto, por lo que se produjeron grandes pérdidas. Esta situación se agravó por el hecho de que las preferentes eran un producto financiero que no tenía muchos compradores, lo que impulsó el precio a la baja. 

5.- Por otra parte, fue muy habitual que las entidades emisoras ofrecieran a los titulares convertir las participaciones preferentes en acciones de la entidad, con unas condiciones para recuperar la inversión que fueron muy perjudiciales para los titulares de las preferentes. Sin embargo, los afectados aceptaron en su gran mayoría el cambio para recuperar parte o el total de la inversión aunque fuera a largo plazo (podían ser incluso 10 años), antes de vender en el mercado y asumir grandes pérdidas.

Desde el momento en que nos encontramos ante un producto financiero con estos riesgos y en el que se ha visto atrapado un gran número de clientes bancarios, cuyo denominador común es la condición de ahorradores, la protección judicial al cliente bancario se hizo necesaria. Así lo vimos enseguida en Arriaga Asociados. Hoy, esos grandes riesgos que los bancos nunca contaron están teniendo, afortunadamente, su respuesta en la Justicia con miles de sentencias en contra de ellos.

Fuente: abc.es

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