Por: Jesús Salamanca
Todos sabemos que los presidentes han estafado a los clientes, a las cajas que representaban y a Castilla y León. Milagro será si no están metidos también en el tema de las eólicas.
Empiezo por decir que no tenía ninguna confianza en el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, y se han confirmado todas mis sospechas. Santos Llamas y Julio Fermoso se han salido con la suya provisionalmente y empiezan a reírse del personal. Ahora bien, si los jueces no llegan, tendrá que ser el pueblo quien tome las riendas. Bastante daño ha hecho ya la Justicia, acostumbrada casi siempre a ponerse del lado que conviene. ¿Equidad? Sí, para cobrar, pero poco más. Esa equidad por la que luchamos sigue siendo una asignatura pendiente. ¡Joder, qué tropa!
Nadie entiende que las cúpulas de las extinguidas Caja España y Caja Duero se vayan de rositas a casa. Ahora resulta que la culpa de la emisión de las preferentes y subordinadas es de la clientela de ambas entidades porque lo solicitaron. Pues eso ni me cuadra ni lo entiendo ni lo vamos a consentir. Fíjense hasta dónde llega la insensatez del tal Velasco: “… la emisión de preferentes y subordinadas se colocaron bajo la demanda de los propios clientes y con el aval de los supervisores”. ¿Pero si eran las entidades quienes nos llamaban a los clientes y nos lo ofrecían en las propias sucursales? Es como si —cuando juzguen a Blesa, Rato y demás mangantes– el juez dice que se enriquecieron porque nadie cogió el dinero antes que ellos.
Algún sector de esa casta casposa está convirtiendo España en el hazmerreír de Europa y del mundo; hasta Nicolás Maduro lo dice y tira a dar a expresidentes, presidentes, jueces,… y a todos los acusa de putrefactos o gaznápiros. No sé si serán una cosa u otra (tengo mi opinión al respecto), pero sí tienen pinta algunos de indigentes intelectuales y mamones consagrados.
Pero a lo que íbamos: se van de rositas los presidentes de esas dos entidades fraudulentas (Caja España y Caja Duero) y los directores generales de ambas, así como los directores comerciales de esas cajas. Todos sabemos que los presidentes han estafado a los clientes, a las cajas que representaban y a Castilla y León. Milagro será si no están metidos también en el tema de las eólicas.
Diga lo que diga el juez, antes o después se sabrá la verdad porque –hasta ahora– el trabajo se ha dejado a medias. Para la clientela y para todos los afectados está excesivamente claro que hay delito de estafa por parte de los “golfos”, Llamas y Fermoso. Pero además hubo publicidad engañosa, administración desleal y fraudulenta, incluso maquinación para alterar el precio de las cosas. Y si las Asociaciones de Consumidores y Usuarios dejan pasar esta ocasión, habremos perdido buena parte de la esperanza de recuperar el dinero robado por ambos y por ambas entidades. Acabaremos poniéndolos en búsqueda y captura. ¿Apostamos?
Diga lo que diga el tal Velasco, sí había necesidad de generar recursos propios porque la entidad se hundía (la prueba es que hoy ya no existen ninguna de las dos y están en el organigrama de Unicaja), pero también es verdad que durante algún tiempo esas figuras financieras generaron beneficios y dividendos a preferentistas y titulares de deuda subordinada. La ciudadanía no es una ONG y es evidente que el juez se ha quedado a mitad de camino, a la vez que ha hecho un ridículo espantoso para los inversores. De todos es sabido que se repartieron beneficios de 2008 a 2012. ¿Es un delito cobrar intereses? También han quedado en muy mal lugar el FROB y la CNMV.
Quien piense que esos productos no se emitieron con el fin de que las cajas tuvieran mayor y mejor solvencia, es que es un indigente intelectual, sea juez, moroso, paleta o ingeniero. Desde luego cateto sí lo es y en gran cantidad. La estupidez de pensar que se distribuyeron las preferentes para “fidelizar clientes y a petición de estos” es una brutalidad, una falsedad y una mediocridad. Si ya había poca o casi ninguna credibilidad en la Justicia de este país (véase los casos de corrupción existentes, descubiertos por la ciudadanía y no por los jueces), ahora ya se les compara con la faena de Cagancho en Almagro.
El colmo de la insensatez lleva a decir que “los trípticos informativos de la CNMV eran suficientes y fáciles de entender para los minoristas”. En las barbaridades de los últimos días, respecto al tema del archivo de causa contra las cúpulas de Caja España y Caja Duero, hay un conflicto evidente entre la teoría y la práctica, además de mucha falsedad por medio y una investigación — que no puede ser más que mediocre y cutre, si se llega a la conclusión que se ha llegado– Ya decía Leonardo da Vinci que “los que se enamoran de la práctica sin la teoría son como los pilotos sin timón ni brújula, que nunca podrán saber a dónde va”.
Fuente: aragonliberal.es
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