Una prueba pericial caligráfica ha sido clave para que el juzgado de primera instancia 2 de Oviedo haya determinado que la firma de la ovetense G. G. M. no es la misma que figura en el contrato que la entidad financiera suscribió a su nombre, en 2009, para la adquisición de seis títulos de participaciones preferentes. El magistrado Daniel Rodríguez ha condenado a Caja España a reintegrar a G. G. M. los 6.000 euros de los títulos -a mil euros cada título- a los que se sumarán los intereses legales devengados en estos cinco años. La prueba caligráfica, solicitada por el abogado de la cliente, Carlos Mario Álvarez García, confirmó que la firma de G. G. M. había sido falsificada, tal y como mantenía la dependienta, sin experiencia financiera alguna, quien negaba haber rubricado documento alguno.
Fuente de datos: El Comercio.es
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