sábado, 8 de noviembre de 2014

La tarjeta Bankia de Benito y la gota que colma el vaso


LA TARJETA BANKIA DE BENITO Y LA GOTA QUE COLMA EL VASO
230 SINDICALISTAS Y AFILIADOS A CC OO PIDEN LA DIMISIÓN DE TOXO Y DE LA ACTUAL DIRECCION Y PROPUGNAN POR LA REGENERACIÓN DEL SINDICATO
Hace unos días, me llegó una información con la firma de 230 dirigentes sindicales y afiliados indignados de CC.OO. pidiendo cabezas. Parece ser que para los “abajo firmantes” han sido los implicados en las tarjetas de Bankia lo que ha colmado el vaso de las malas prácticas sindicales de CC.OO. 
Hace 30 años que comenzaron a bajar las pensiones, las prestaciones por desempleo, la legalización de las subcontratas, las trabas a la Inspección de Trabajo; las rebajas de las indemnizaciones por despido, la implantación de los mil modelos basura para la contratación laboral… y de allá “pacuando” una chapuza de huelga general de 24 horas para disimular. 
La clase empresarial ninguneó las plataformas de convenio de los trabajadores e impuso sus plataformas reivindicativas que eran orientadas desde los Pactos Sociales que firmaban CC.OO. y UGT. Todo esto no fue suficiente para que se produjese indignación: en el seno del sindicato, el vaso estaba limpio y seco. 
Tampoco fue suficiente para que al menos el vaso se humedeciera con el proceso de privatizaciones en los sectores estratégicos y empresas más importantes; que siguieran recortando las pensiones, las indemnizaciones, las prestaciones, el poder adquisitivo de los salarios. Se permitió que importantes luchas como la de Sagunto se quemaran solas y sucumbieran como sucedió con (una de las últimas y más heroicas) la de los trabajadores de Sintel. Aparecían corrupciones de dirigentes del Sindicato en la sanidad, en la banca, o en quienes trincaban indemnizaciones que pagaban las empresas tras la firma de expedientes de crisis con cientos de trabajadores despedidos. Tal era el nivel de corrupción y claudicación que no cabía sorpresa en que un exsecretario general del sindicato estuviera al poco tiempo de diputado con el PSOE y otro más, de asesor de empresas privadas y afiliado al PP. ¡Nada, mira tú, el vaso continuaba viéndose casi vacío!
De modo que sí el desastre interior no removía las conciencias para ponerlo todo patas arriba, menos lo iba hacer lo que marchaba parejo a todo este ataque capitalista y a toda esta desvergüenza sindical: la corrupción de las organizaciones políticas que, en los gobiernos centrales, autonómicos y municipales, brillaba a todas luces y desde muy temprana edad “democrática”. Sobre todo, y donde más podredumbre había, era en los dos grandes partidos; las obras públicas eran el caldo de cultivo, las más voluminosas y suculentas se las repartían siempre los mismos (Dragados, ACS, Ferrovial, OHL y otros del IBEX 35), estos que no les costaba pagar el impuesto “revolucionario” del tres o, quinces porcientos (vete tú a saber, al fin de cuentas el dinero era del Estado). Los maletines, forrados de billetes color lila, viajaban de un lado para otro, como los desconcertantes vuelos de las moscas, llenando carteras y tapando bocas.
Ni siquiera los siete últimos años de criminales ataques en desmantelamientos de derechos sociales y laborales, de retrocesos inconcebibles en las condiciones de los parados y de los que trabajan, en ofensiva disparatada en precios de las viviendas, deviniendo en desahucios y provocando desquicios y suicidios. Tampoco era suficiente el “invento” de una deuda nacional (generada por la especulación del capitalismo) que la cargan a los trabajadores, modificándonos el artículo 35 de la Constitución para obligar al pueblo a pagar “legalmente” desmontándole y birlándole servicios sociales, como la sanidad, la educación… Se suben los impuestos locales directos y los indirectos (por IVA) en precios al consumo necesario, y tampoco ésta traca de final de fiesta y orgía, lograba que esta gente viera que ya hacía mucho tiempo que, al vaso, no es que no estuviera saliéndose a chorros, sino que, hacía mucho tiempo que había desaparecido convertido en riada. ¡Que ceguera, que sequía cerebral! 
¡Pero atención, sucedió un milagro: la tarjeta Bankia de Benito! Ahora sí parece ser, que estos 230 sindicalistas y afiliados han podido comprobar cómo, “cierto vaso”, daba señales de desbordamiento. ¡Solución para la regeneración: fuera Toxo, fuera toda la dirección! Pues va a ser que no. Como en tantas otras ocasiones, sólo se puede refundar y sanear, una organización sindical o política, desde nuevos proyectos organizativos. No saber esto, es ignorancia, o eludir la consecuente responsabilidad con los intereses de nuestra clase. 
J. Estrada Cruz 
Modificado por última vez en Viernes, 07 Noviembre 2014 20:03
Fuente de datos: kaosenlared.net

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