sábado, 6 de diciembre de 2014

Bankia 'chantajeó' a sus clientes VIP para que acudieran a la salida a bolsa




El expresidente de Bankia Rodrigo Rato, el día de la salida a bolsa. (EFE)

El informe del Banco de España ha puesto negro sobre blanco el modus operandi de la red comercial de Bankia para, siguiendo órdenes de Rodrigo Rato y José Manuel Fernández Norniella, asegurarse que la oferta pública de suscripción (OPS) no quedase desierta por falta de demanda. La información, desmentida en su día por la entidad, pone de manifiesto cómo el exministro presionó a los clientes para que compraran acciones a cambio de mantenerles abiertas las líneas de crédito.
La operativa consistía en revisar qué empresas, grandes y pequeñas, tenían algún préstamo impagado con el Grupo Bankia o estaban en riesgo de ser calificadas de morosas. Una vez detectados los descubiertos o los problemas para hacer frente a las deudas, los responsables del área corporativa financiera llamaban uno a uno a los clientes para ofrecerles un caramelo envenenado: te damos otro crédito nuevo para pagar el anterior a cambio de que con ese dinero compres acciones en la OPS.
El equipo de Rato se aprovechó de los serios problemas de liquidez que había en el sistema español a mediados de 2011 y las severas dificultades por las que atravesaban muchas empresas. Muchos de estos clientes accedieron a la propuesta de Bankia para ganar tiempo. Conseguían evitar que sus empresas o inversiones fueran calificadas como morosas, al tiempo que alejaban el riesgo de entrar en concurso de acreedores. A cambio, suscribían la OPS, engordaban la demanda y permitían a Bankia completar la salida a bolsa. Grandes fortunas de Altae, el banco privado de Caja 
Madrid, fueron víctimas de esta práctica.


 Vídeo: Las cuentas de Bankia no reflejaban "la imagen fiel de la entidad"


"Se han detectado compras inexplicables, realizadas por acreditados con riesgos refinanciados y retrasos generalizados en el pago de sus cuotas”, indica el informe de los peritos del Banco de España, que en julio de 2011 dio el visto bueno a la operación de recapitalización de Bankia mediante una salida a bolsa, pese a conocer la negativa de los inversores institucionales a comprar acciones de un banco español.
El documento del organismo supervisor pone de manifiesto que se detectaron “ventas inmediatas tras la salida a bolsa que ponen en duda el interés real de algunos inversores”. Una aseveración que revela que muchos de los clientes que compraron las acciones las vendieron inmediatamente después para poder devolver el crédito con el que las habían adquirido para limitar el riesgo de que, si caía la cotización, no pudieran devolverlo.
Pillados con pedigrí
Pero la denuncia del Banco de España no se centra en los inversores anónimos, sino que va más allá. La institución advierte de que las acciones fueron compradas de forma artificial por bancos como Santander, CaixaBank, Popular, Sabadell; aseguradoras como Mapfre y Mutua Madrileña; grandes fortunas como Juan Abelló, Alicia Koplowitz, Villar Mir y Manuel Jove; así como grupos empresariales como ACS, Acciona, Telefónica, IberdrolaEl Corte Inglés y Gestamp.

    El gobernador del Banco de España, Luis María Linde. (EFE)

Curiosamente, todos ellos acudieron a la llamada desesperada del Banco de España y de Elena Salgado, por aquel entonces vicepresidenta del Gobierno, quien les pidió personalmente un apoyo expreso a Bankia por lo que suponía como riesgo sistémico. Sin embargo, la mayoría de ellos, con la excepción de Villar Mir, vendió en los días inmediatamente posteriores al estreno en bolsa. El único que se negó a contribuir a la farsa fue BBVA, que no puso ni un euro ni prestó su red de sucursales para captar más particulares.

Debido a que no hubo órdenes de compra reales de fondos institucionales, pese a que actuaron cuatro bancos extranjeros como coordinadores globales –JP Morgan, Deustche Bank, Merrill Lynch y UBS, más Lazard como asesor–, el precio de la OPS se fijó de forma inadecuada –“no fue un modelo de concurrencia”, indica el informe–, puesto que se realizó “en base a las ofertas de 29 grupos económicos, algunos incluso con relaciones de dependencia respecto al Grupo BFA”. El resto ya se conoce: 347.000 inversores particulares, a los que se les ocultó esta información, se vieron atrapados y perdieron su inversión.

Fuente de datos: elconfidencial.com

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