La integración de CEISS en Unicaja convertirá al grupo resultante bajo control del banco malagueño en el séptimo del país por activos (más de 78.000 millones). Será el primero entre los menos grandes. La contrapartida en términos de riesgo para llegar a esa posición parece desactivada a juzgar por las condiciones finales exigidas por Unicaja para la integración y que han sido avaladas esta misma semana por el Banco de España y la CE. Las ayudas y coberturas ante riesgos como las reclamaciones de antiguos preferentistas en los juzgados vienen con exigencias de Bruselas para evitar la repetición de errores pasados en el funcionamiento de Banco CEISS bajo el control de Unicaja. Así, la entidad malagueña va a recibir una entidad sometida a un plan de reducción en su tamaño ?(su balance se deberá reducir en tres años un 28 % y en su negocio (la ratio de créditos sobre depósitos se deberá reducir otro 10%). También se le obliga a seguir con el recorte de plantilla y de red de oficinas, que quedarán limitadas al territorio de Castilla y León y a la provincia de Cáceres, donde mantendrá su medio centenar.
Red de oficinas
Precisamente una de las singularidades de Caja España y Caja Duero, cuya fusión en 2010 daría origen a Banco CEISS, era su extensa red comercial, con presencia en toda España e incluso en Portugal, donde llegó a abrir nueve sucursales. Las 893 que sumaban las dos entidades tras la fusión pasarán a 630 antes de que termine 2016 mientras que los 4.700 trabajadores deberán quedar en menos de 3.500 antes de tres años. El ERE de 1.230 personas ya aplicado es un capítulo que tuvo coste cero para Unicaja, que ahora negocia su propio ajuste laboral. En la negociación con CEISS, Unicaja exigió que el FROB corriera con esta 'factura' de 40 millones.
En las próximas semanas, cuando Unicaja tome el control de CEISS tendrá un banco regional sobre el que posee una información exhaustiva después de casi tres años de negociación -la más larga de la reforma financiera- y de implicación directa, sobre todo en los últimos meses, en la gestión junto a personal de CEISS para atraer al canje de bonos a los antiguos preferentistas. Estos no se sumaron mayoritariamente a la oferta, pero recuperar la confianza entre este amplio sector de clientes -32.000 ahorradores que hicieron una aportación media de 28.000 euros- se convertirá en una clara apuesta por parte de los gestores de la entidad. Por su parte, los acogidos al canje saben que de la buena gestión a partir de ahora dependerá el éxito de la salida a Bolsa antes de 2017, la vía que Unicaja les abre para hacer dinero sus títulos.
En la nueva etapa bajo Unicaja, las actividades de financiación de CEISS sólo podrán dirigirse a una clientela minorista y a atender las necesidades de las pymes. En este sentido, la fuerte vinculación de las antiguas cajas fusionadas y especialmente de la antigua Caja Duero con el mundo rural -la región más extensa de Europa tiene gran peso cerealista y ganadero- deberá seguir siendo un gran activo para el futuro. La gestión y anticipo de ayudas de la UE sigue siendo una de las fortalezas de CEISS en cuanto a clientela fiel y oportunidades de negocio. Un terreno que le estará expresamente vedado, por mandato europeo, es el crédito a promotores inmobiliarios -oportunidad clara aunque a futuro para el negocio de Unicaja en la región- y asimismo tendrá limitado su acceso a actividades financieras en mercados mayoristas. De la elevada exposición al riesgo inmobiliario por parte de Caja España-Caja Duero- habla la cartera traspasada al 'banco malo' que adquirió, con quitas superiores al 50%: 3.100 millones en activos tóxicos generados por las dos cajas en los años de bonanza del ladrillo, aunque en esta aventura como en la contratación de productos híbridos quien más arriesgó, con diferencia, fue Caja España.
Fuente de datos: diariosur.es
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